martes, 25 de diciembre de 2012

Nación y Estado

Desde que empezaron el baile las más feas (País Vasco y Cataluña), las páginas andan que echan chispas con el nacionalismo.
  1. De “qué malos son los catalanes” a “yo también quiero lo mismo que los catalanes”, lo que va.

  2. Lo cual, desde un punto de vista moral, es totalmente inmoral pues si antes eran separatismos, ¿cómo puedo yo el patriota pedir ahora separatismos?

  3. ¿Por qué le dicen patria o nación cuando quieren decir mayor o menor parte de un pastel de privilegio o beneficio?

  4. ¿Por qué hacia arriba –hacia los pomposos Estados Unidos Europeos– pierdo mi nacionalismo y quiero disolverme y pertenecer y ser contado entre uno de ellos, y en cambio, hacia abajo –hacia las regiones más desfavorecidas de mi propio país– lo que quiero es singularizarme y hacer oficial, constitucional, mi situación de diferencia?

  5. El nacionalismo no existe salvo en la parte ‘nación’ que nos toca: lo que nos da haber nacido aquí y ahora, paisaje y cultura.

  6. Paisaje: vida cordial que se hace con el horizonte y la mirada más que con mapas y fronteras.

  7. Cultura: raíces que por la teta nos vienen y nos identifican al margen de creencias e ideologías.

  8. Nación (de nacer): eso que hace que a mi amiga atea marroquí le dé asco el jamón de pata negra y a mí me ha familiarizado con un montón de semanas santas y ferias que no son las mías pero sí son las mías.

  9. Nación (como sinónimo de Estado): dimensión geopolítica que cuanto más grande es, menos coincide con paisaje y cultura, menos nación de nacer.

  10. Esa mayoría vocinglera anti estatutos nacionalistas ¿está segura de padecer la pérdida de Sant Feliú o de Ondarribia como falanges de un dedo propio?

  11. ¿De verdad que su vida cambiaría a peor si cambiara la definición de unas fronteras que usted no ha visto más que en los mapas o en clase de geografía?

  12. La talla del patriotismo hispánico la dieron quienes un día cambiaron al amo godo por el amo del emirato, y la vida les fue más o menos igual.

  13. La talla del patriotismo hispánico la dieron los mal llamados afrancesados. ¿Usted, progresista de hoy día, qué habría hecho? ¿Ser español fernandino con la canalla de ¡Vivan las cadenas! o ser francés con Voltaire y el Estado republicano de la separación de poderes?

  14. La nota del patriotismo hispánico la dan guardias civiles en Mauritania, alambradas en Ceuta y Melilla.

  15. La nota del patriotismo hispánico la da la indiferencia del patriota de compras por Gibraltar pasando como si nada por la alambrada de la base de Rota.

  16. Cuba, Portugal… ¿ya no las quieren para España mis amistades nacionalistas?

  17. Mis amistades nacionalistas ¿qué dicen de la España en poder de capital extranjero, USAs y UEs?

  18. ¿Por qué, ya puestos, no nos planteamos acabar con una historia que ha dado expulsiones por decreto, conversos a la fuerza, exiliados y pateras?

  19. Alguien –no falla– dirá que acabar con fronteras y Estados es utópico.

  20. Ahora que la patria la van a defender mercenarios a sueldo, soldados profesionales, mientras los nacidos, la nación, nos quedaremos en casa viendo la guerra por la tele. ¿No es la patria la utopía?

  21. Dicho en lenguaje Bertolt Brecht: los de arriba nos echan a pelear a unas patrias con otras cuando ellos hace tiempo que vendieron la patria y lamatria.

  22. La única cuestión nacional no es nacional sino internacional. Estados Unidos con Cuba, ahí sí se masca la frontera. Quien dice Cuba, dice China, Vietnam: sitios donde se juegan las plusvalías nuestros capitalistas.

  23. La cuestión nacional revolucionaria fue en el siglo XX la cuestión entre la Tercera y la Cuarta Internacional. Trotsky y Stalin.

  24. Hoy sabemos que el internacionalismo (de Trotsky) tenía razón y que el socialismo en un solo país (de Stalin) no pudo ser. No pudo ser Soviética. No podrá ser Cuba.

Daniel Lebrato

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